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¿Aumento de niños hiperactivos?

Actualizado: 6 nov 2019


Los que trabajamos en psicología infantil vemos a diario como aumentan las consultas sobre niños que son más inquietos y más impacientes que la media.

Parece que esta tendencia va en aumento en los últimos años, describiendo un perfil de niños que no sabe esperar, que tiene una baja tolerancia a la frustración y que tiene una necesidad constante de cambio de actividad.

Pero , ¿estamos ante un aumento de diagnóstico de TDAH o tenemos otro perfil de niños delante?.

Todos sabemos que la forma de crianza ha ido evolucionando, imponiéndose las formas en las que el niño toma el control. ¿ Nos está influyendo esto en el tipo de niños que observamos últimamente?

La respuesta es un claro POR SUPUESTO. Veamos qué está ocurriendo.

En muchas de las nuevas filosofías, métodos o formas de crianza se propugnan varios de los siguientes presupuestos:

. Que sea el niño el que decida qué es lo que le gusta, lo que quiere hacer o cómo quiere estar.

. Evitar a toda costa el llanto.

. Todo debe ser pactado con el niño a través de la reflexión.

. El niño tiene que tener libertad de acción y movimiento en todo momento.

. Se deben evitar las frustraciones, estas actúan dañando el desarrollo.

Así , podemos encontrar un listado de premisas , que al final vienen a colocar al niño tan cerca del adulto que sus funciones se pueden solapar, tomando este el mando.

¿Qué repercusión tiene esto?

La capacidad de autocontrol se desarrolla de forma progresiva durante la primera infancia, a través de la exposición del menor al contexto social . En el grupo social, el menor debe aprender a seguir a los adultos. Estos son fuente de aprendizaje en todas las esferas. Para poder seguir al guía, el niño debe suprimir sus deseos primarios en función de lo más beneficio para el grupo. Si no desarrollamos este aprendizaje primario el niño seguirá sus impulsos, viviendo al son de necesidades propias.

La falta de figura de autoridad es un grave problema al que nos vamos a enfrentar en los próximos años. Cuando los niños solo siguen sus instintos más primarios, sin tener en cuenta las normas sociales, pierden al adulto de referencia. Esto hace que cada día sean más impositivos, según van aumentando sus necesidades o intereses.

Esta falta de control , unida a la impulsividad de cumplir los deseos ya, nos lleva a un aumento de la activación del menor. Los menores sin guías son más desorganizados. Nadie les pauta el ritmo , ellos marcan su propio ritmo, y todos conocemos cuál es el ritmo de los más pequeños.

Si hablamos del llanto y la tolerancia a la frustración , lo primero que deberíamos preguntarnos es porqué se ha demonizado el llanto. El llanto es necesario en muchas ocasiones, es una forma de expresión de emociones necesaria para todos los humanos. No podemos estar modificando todo el entorno de los niños para que no lloren o no se frustren nunca, ¿qué pasará cuando sean adolescentes y no tengan lo que quieran?

En conclusión , ir hacia formas de educación extremistas, aunque sea el extremo de lo "positivo" nos lleva a una serie de dificultades que se plasmarán a lo largo de los años en problemas de atención y conducta. El niño debe saber cuál es su posición , seguir al adulto guía y aprender a vivir y manifestar todas las emociones.

Luego, muchas de las formas que vemos de hiperactividad e impulsividad actualmente no son debidas a un trastorno propiamente dicha, sino que son derivadas de una incorrecta implementación de la forma de crianza.

El profesional de la psicología infantil te ayudará a saber ante qué dificultad estas y cómo superarla.


Rebeca Cabrera Urquía, psicóloga infantil, logopeda y mediadora familiar

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