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Escoliosis



Escoliosis

En la entrada de este mes hablaremos sobre la escoliosis; ¿qué es?, ¿qué la provoca?, ¿cómo la podemos identificar?

Definimos la escoliosis como una desviación en tres dimensiones de la columna vertebral. Esta desviación puede aparecer a diferentes alturas de la columna pudiendo también manifestarse hacia un lado en la zona superior y hacia el otro en la inferior. Es por ello que la desviación podrá tener aspecto de “C” o de “S”. Según la gravedad de la escoliosis es posible la aparición de dificultades respiratorias y/o dolor (no suele producirse en niños pero sí aparece en ocasiones a partir de la edad adulta).




En muchas ocasiones nos preguntamos por qué nuestro hijo o nosotros mismos tenemos escoliosis: ¿habrá sido por jugar al tenis?; ¿llevaba mucho peso en la mochila del colegio?; ¿es porque tenía una pierna más larga que la otra? No, no, y no.

Podemos hablar de dos tipos de escoliosis, aquellas que van asociadas a otros síndromes o a diferentes diagnósticos neuromusculares y que suponen un 20% aproximadamente del total y, las escoliosis idiopáticas, que representan el 80%.

Las escoliosis idiopáticas, en las que nos centraremos, son aquellas cuya causa es aún desconocida. Pueden aparecer desde los 0-3 años (infantil), 3-10 (juvenil),o 10-18 (adolescente). Sabemos que existen factores genéticos, y otros que se están evaluando como el ambiente, la nutrición, o la velocidad de crecimiento. Por lo tanto, volviendo a las preguntas anteriores, no podíamos haberlo evitado con otro deporte y, aunque es posible que convivan la escoliosis con la dismetría de la pierna (una más larga que otra), no es “a consecuencia de”.

Sin embargo y, aunque no es posible a día de hoy saber la causa exacta de la escoliosis, sí que será un factor importante que debemos tener en cuenta la detección temprana de la misma. Por tanto, si observamos algunos de los siguientes signos en nuestro hijo/a debemos acudir a revisión para la valoración de una posible escoliosis:

- Un hombro está más alto que el otro.

- Una cadera está más alta que la otra.

- El tronco cae hacia un lado.

- Cuando el niño se agacha hacia delante con las piernas y brazos estirados un lado de la espalda está más abultado que el otro.

- Diferencia de altura de las escápulas (paletillas).




Después de la realización de una radiografía se observará si existe inclinación de la columna y de cuántos grados, se valorará la gravedad de la misma y en función de ello se decidirá si el tratamiento a seguir será más conservador, a través de la realización de ejercicios específicos de fisioterapia (en escoliosis leves); si precisa de corsé y ejercicios específicos de fisioterapia (moderadas); o si deberá realizarse cirugía (escoliosis graves). En todos los casos se seguirán realizando radiografías periódicas para comprobar la evolución.

Para finalizar señalaremos que ante un diagnóstico de escoliosis y, salvo contraindicación explícita del facultativo, se recomienda mantener la actividad física y deportiva. Estas no van a frenar o revertir el desarrollo de la curva pero sí mejorarán el tono muscular y la función cardiorrespiratoria, además de favorecer la integración del niño.


Irina Guerra de la Fe

Fisioterapeuta. Experta Fisioterapia pediátrica.

Terapeuta habilitada PAAIGI.


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