top of page

"La importancia de la autoestima en la infancia"

La autoestima y el autoconcepto son elementos determinantes en la vida de una persona. Es muy frecuente utilizarlos como análogos, pero, aunque estén relacionados, no hablan de lo mismo. En la autoestima la importancia la recibe el aspecto afectivo y valorativo, mientras que en el autoconcepto es significativa la dimensión cognitiva(imagen de uno mismo física, académica, social, personal y emocional).


Cuando se habla de autoestima, nos referimos a la actitud hacia uno mismo, es decir, la forma que tenemos de pensar, sentir , comportarnos o amar con nosotros mismos. Tiene tres componentes: componente cognitivo(ideas, creencias), componente afectivo(valoración negativa o positiva) y componente conductual(intención y actuación). En la infancia, existen cuatro aspectos fundamentales para el desarrollo de nuestra autoestima, que son:

- Vinculación: Establecer vínculos importantes par el niño, y que los demás también reconozcan como importantes, como las familias o los grupos de clase.

- Singularidad: respeto que siente el propio niño por sus cualidades, todo aquello que le hace especial o diferente, y la aprobación que recibe por ellas.

- Poder: La disposición del niño de obtener las oportunidades y la capacidad para tomar decisiones o crear planes.

- Pautas de guía: Encontrar referentes y ejemplos de comportamiento adecuados para establecer valores e ideales personales adecuados.


Si ya se considera importante en los adultos la imagen que cada uno tiene de si mismo, lo es aún más en la infancia, ya que, es la etapa en la que se están desarrollando, y en un futuro determinará sus actitudes, tanto consigo mismo como con los demás, además de su propio desarrollo y bienestar.


Existen distintas pautas que podemos seguir para mejorar la autoestima en nuestros hijos, y que vamos a ver a continuación:

- Demostrarles cariño y el afecto.

- Reconocer sus cualidades y actitudes positivas, sus esfuerzos, y también su dedicación en las tareas. Participar, también, en sus motivaciones o intereses.

- Dedicación de un tiempo para él o ella.

- Cambiar las quejas y críticas por sugerencias o peticiones, evitando gritos e insultos. Exigirles proporcionalmente a sus habilidades y capacidades, es decir, no exigir un comportamiento de adulto.

- Escucharlos sin juzgar sus pensamientos, prestando atención a sus problemas y necesidades, para ayudarle a conocerse a sí mismo.

- Incentivar su iniciativa y que haga cosas por sí mismo/a, poniendo limites claros y flexibles. Y así, dar responsabilidades y potenciar la toma de decisiones.

- Ayudar y guiar cuando se encuentren ante situaciones difíciles.

- Ayudar en el desarrollo de las habilidades sociales y de formación (colegio, arte).


Todo esto le proporcionará al niño independencia, capacidad para resolver problemas, autonomía y mayor tolerancia a la frustración , lo que le aportará una mejor gestión de sus emociones. Y, en definitiva, un mayor conocimiento y afecto por sí mismo.



Rocío Jimenez Cerpa


50 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Dislexia

bottom of page