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La importancia de lo que no se ve.


Los seres humanos leemos la conducta de las otras personas, como forma de entender lo que piensan , lo que quieren, o lo que necesita de nosotros.

Estamos programados para mirar hacia afuera, para ver y analizar las respuestas del otro. Pero, ¿ damos siempre la explicación adecuada?.

Muchas veces los comportamientos de los otros, nos parecen tan frecuentes, que los incluimos en una especie de guion , que nos dice lo que pasa, sin tener que analizar cada parte del comportamiento parte por parte. Por ejemplo, cuando vemos que un niño, en edad escolar, se rasca muchas veces la cabeza, tendemos a concluir, que lo más probable es que tenga piojos, ya que es frecuente , que a esa edad los niños tengan piojos. Aplicamos la regla más frecuente, sin analizar qué pasa realmente. Pero, ¿ y si se rasca porque esta sufriendo un proceso epiléptico? . La conducta de rascado frecuente de la cabeza, también se produce en niños con epilepsia, como respuesta a la detección del aumento de electricidad en el cerebro. En este caso, habríamos pasado por alto, una causa más que importante, por temas de economía cerebral : generación de guiones de frecuencia , para acelerar el procesamiento , y dar respuestas más rápidas.

Obviamente, esto tiene sus ventajas, pero, en los casos que se salen de la norma, nos lleva a errores que pueden tener un coste importante para las personas que reciben nuestras conclusiones.

Pensemos cómo nos puede influir esto desde el área del diagnóstico. Entra en sala un niño con un lenguaje desorganizado, aletea cuando juega, y presenta dificultades sensoriales. Seguramente, vuestra mente ya le ha adjudicado un perfil al leer esto, y lo habrá encasillado en el diagnóstico de persona con autismo. Pero, ¿Cuántas causas que no vemos, pueden estar ocasionando que la persona realice este tipo de conductas?. Pues, pueden ser explicadas desde un trastorno grave de comunicación, desde un trastorno de hiperactividad y déficits de atención, desde discapacidad intelectual, y desde un retraso madurativo, entre otros.

Las conductas que observamos se pueden producir por causas muy diversas , aún teniendo la misma forma exterior. El aleteo se produce como conducta autoestimulatoria , o como comportamiento compensatorio ante determinados estímulos ,e incluso, puede aparecer como una fase más en el desarrollo madurativo. Cuando intentamos dar explicación a las conductas de las personas, desde el plano del diagnóstico y la intervención, tenemos que luchar contra los guiones que nuestra mente ha generado, para explicar los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor. Hay que hacerlos conscientes, detenerlos, y analizar el comportamiento como si fuera la primera vez que lo vemos.

Esto cobra especial importancia en el caso de las personas con alteraciones del neurodesarrollo, que, externamente , no parecen tener dificultades en el desarrollo motor.

Vemos a los chicos con TEA , saltar , correr , realizar movimientos en ocasiones de una dificultad extrema, Pero , ¿significa eso que no hay problemas motores? ¿Concuerda lo que vemos con lo que pasa en el interior de la persona?. Las personas con TEA, y de forma más general la personas con alteraciones del neurodesarrollo tienen dificultades en el área sensoriomotora. Estas dificultades no son perceptibles por simple observación en la mayoría de los casos. Por lo menos, no son tan obvias como en las situaciones de daño cerebral, pero, están igualmente presentes.

El poder de lo que no se ve, el poder de las alteraciones no visibles, en el curso de la evolución de un menor, es incalculable. Ponemos nuestro ojo en las conductas más llamativas : ausencia de lenguaje, conductas estereotipadas, intereses restringidos, ...

Todo eso , tiene un porqué. Se produce por una serie de alteraciones que no vemos, pero que son la base de las dificultades observables.

Se debe prestar atención a los "procesos ocultos" si se quiere avanzar en las conductas observables. Actuar sobre lo que no se ve, actuar sobre los factores sensoriomotores, tiene repercusiones sobre el desarrollo futuro de la persona, que , aunque se ven a más largo plazo, son más importantes para conseguir una conducta adaptada , que actuar directamente sobre los procesos visibles.

Nivel sensorial, nivel motor y comprensión, son la base de un sistema cognitivo , conductual y emocional regulado. Si quieres prevenir, debes invertir tiempo en el ajuste de estas esferas. Es por ello que en PAAIGI , se dedica una intervención inicial exclusiva a aquello que no se ve , pero que tiene influencia directa sobre lo que la persona puede hacer.

Las alteraciones tienen siempre una causa en un sistema que no procesa adecuadamente,. Localiza las funciones alteradas, localiza las causas, y encontrarás el camino.


Rebeca Cabrera Urquía. Mstra. Terapia cognitivo conductual, Lic. en psicología, Dipl. en logopedia, Exprta. Trastornos psicológicos del niño y del adolescente, Exprta. en Mediación familiar, Exprta. en Trastornos de la lectura y la escritura, Creadora del programa PAAIGI.

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