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Mi hijo/a se sienta en W ¿debería evitarlo?

Con frecuencia vemos a niños que se sientan con las nalgas apoyadas, las rodillas dobladas delante de sus caderas y más abiertas que éstas y las caderas rotadas hacia dentro. Esta posición es la que denominamos W-sitting, la postura que vemos en la imagen.




En muchas ocasiones escuchamos que hay que cambiar al niño de postura o evitar que la adopte, sin embargo, es un tema sobre el que sigue existiendo bastante controversia. No obstante, sí hay algunos conceptos que tenemos claros.

En esta posición el niño tiene un gran equilibrio dado que, pese a que su control de tronco aún no esté del todo desarrollado, las caderas están fijas y esto le proporciona toda la estabilidad que necesita. Esto facilita que pueda jugar sin tener que trabajar toda la musculatura que precisaría en otra postura y, por tanto, con mayor comodidad. Sin embargo, la comodidad que les supone a los más pequeños sentarse de esta manera, no quiere decir que sea la más apropiada; de hecho, esto puede provocar que tarde más en alcanzarse el control de tronco, causar el acortamiento de algunos músculos y, en algunos casos, debido al giro del fémur, provocar que el niño acabe caminando con los pies hacia dentro. También puede causar más tardanza en aparecer una mano dominante y, por tanto en el alcance de la motricidad fina. Hay que destacar que esto ocurre si el niño mantiene esta postura de manera constante. Es por tanto esto lo que debemos evitar. Que un niño con desarrollo típico se siente puntualmente en esta postura es algo normal, y no causará problemas en su desarrollo dado que, a lo largo del día adopta muchas otras posturas que le permitirán compensarlo; sin embargo, si esta postura es constante sí debemos corregirla para evitar lo dicho.

Por otro lado, existen una serie de contraindicaciones para que el niño se siente en W. Estas son:

- Cuando ha sufrido previamente problemas de cadera (la postura aumenta el riesgo de que estos se repitan o haya luxaciones)

- Cuando el niño gira el pie al caminar, dado que, como hemos dicho, es uno de los riesgos asociados y aumentaríamos las probabilidades de que esta se mantenga. - Cuando hay una alteración en el tono (hiper/hipotonía).

- Cuando hay daño neurológico, o un retraso en el desarrollo. En el daño neurológico los niños tienden a mantener una misma postura, con lo cual, se multiplican los riesgos que veíamos anteriormente. En el retraso del desarrollo, necesitamos trabajar el tono muscular y esta posición, como hemos visto, no ocurre.

¿Qué podemos hacer? Podemos enseñarle a nuestro hijo/a otra forma de sentarse como la postura del indio, con las rodillas hacia un lado y los pies hacia el opuesto o con las piernas estiradas hacia delante. Después de todo lo dicho podemos extraer como conclusión que la posición de w-sitting hay que evitarla a toda costa en los casos contraindicados y que, en niños que presentan un desarrollo típico, es normal que se presente de forma puntual pero tenemos que controlarla y evitarla si es algo constante.

Irina Guerra De La Fé


Fisioterapeuta.


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