Antes de comenzar me gustaría desearles un feliz 2020 a todos los que nos leen y que su lista de deseos cumplidos se alargue durante este año que comienza.
Hoy les voy a hablar de la tortícolis muscular congénita, una patología bastante frecuente en los más pequeños que se da entre el 4 y el 16% de los recién nacidos. Cuando hacemos referencia a la tortícolis congénita nos referimos a que el niño ya nace con la patología. Se están estudiando las causas aunque a día de hoy se apunta a que se debe a la posición que el bebé tuvo en el útero.
La tortícolis se produce por una retracción del músculo esternocleidomastoideo (ECM en adelante).Este músculo se encuentra a ambos lados del cuello y nos sirve para rotar e inclinar la cabeza. Normalmente la retracción del ECM se producirá en uno de los dos lados, pero ocasionalmente se da en ambos. Cuando este músculo se retrae provoca que el niño incline la cabeza hacia el lado del ECM lesionado y la rote hacia el contrario. Dicho de otra forma, si el niño tiene la tortícolis en el ECM izquierdo, su oreja irá hacia el hombro izquierdo y su boca/nariz mirarán hacia el lado derecho.
La tortícolis muchas veces es detectada en las primeras semanas de vida del pequeño. Puede ser observada por el especialista en las primeras revisiones, cuando se percata de que no gira bien la cabeza hacia uno de los lados o al ver que existe una asimetría en la cabeza/cuello del niño. En otras ocasiones, antes de ser vista por el pediatra, son las propias madres quienes acuden a ver qué pasa al darse cuenta de la mencionada asimetría o de que el niño no mira hacia un lado. En este momento será el pediatra quien lo valore, analice cómo está el músculo y mande las pruebas complementarias apropiadas para el diagnóstico final.
El pronóstico de esta patología es muy bueno, siendo de gran importancia el momento de inicio del tratamiento dado que, cuanto antes se inicie mayor es la curación y menor el tiempo que requiere. El inicio del tratamiento antes de los 6 meses tiene un buen pronóstico. Además, un comienzo del tratamiento desde las 6 semanas implicará una curación mucho más rápida. También favorece el pronóstico que la limitación de la rotación sea menor a 30º. Más del 90% de las tortícolis curan con el tratamiento de fisioterapia, en una media de 4 meses (que serán más cuanto más tarde se inicie el tratamiento) aunque sigue quedando un pequeño porcentaje (3-4%) que requerirán de un tratamiento quirúrgico.
¿Qué haremos desde la fisioterapia? Los fisioterapeutas buscaremos que el niño alcance todo la movilidad del cuello así como lograr que mantenga la cabeza en la línea media (que no esté girada o inclinada hacia ningún lado). Para ello trabajaremos la postura del niño y el músculo en sí mismo a través del masaje y estiramiento (tanto pasivo como activo, es decir, hecho por nosotros o por el propio pequeño a través de movimientos que le incitaremos a hacer). Por otro lado haremos recomendaciones a los padres centradas en mantener la cabeza en la línea media y en ejercicios en los que el niño rote la cabeza hacia el lado que no lo suele hacer (a través de juguetes y estímulos visuales o táctiles que llamen su atención).
Antes de acabar, destacar que en muchos de los casos se dará plagiocefalia (una zona de la cabeza se va aplanando por el mantenimiento de una posición). En estos casos será valorada la opción de poner el casco o no hacerlo en función de los grados de la deformidad.
Finalmente recordar que si observa dificultad de su hijo para girar la cabeza hacia uno de los lados o la cabeza plana en alguna zona acuda lo antes posible a un especialista para buscar la causa (no siempre será tortícolis) e iniciar lo antes posible el mejor tratamiento.
Irina Guerra De la Fé.
Fisioterapeuta.
