Los niños, actualmente, crecen en casas totalmente tecnologizadas, por lo que, están en contacto con un montón de recursos digitales. Pero, mientras que los papás hacen un uso individual de las TIC, los pequeños de la casa tienen como objetivo el entretenimiento, ya sea en un pc, una consola, en la televisión, una tableta o en un smartphone. Estos dos últimos dispositivos son, además, los más usados, por su facilidad y las múltiples funciones que tienen.
La nueva generación ha nacido al lado de lo digital, es decir, pueden controlar gran cantidad de aplicaciones, y realizar búsquedas online, incluso, sin saber leer, reconociendo logos e imágenes para acceder a ellas. Pero también es cierto que existen situaciones que no saben gestionar, y cuanto más pequeños, los riesgos son mayores (ventanas emergentes, compras integradas en apps, publicidad…). Por tanto, no podemos decir que sea un aprendizaje nativo, los pequeños necesitan de su familia y de sus profesores para que les guíen. Además, es importante recordar que los niños aprenden por observación e imitación de las personas más cercanas, por lo que, repetirán los comportamientos que vean en sus adultos, y en la relación que tengan estos con las TIC.
También existe una diferencia clara entre como perciben los niños las tecnologías y como las perciben los adultos. Está claro que los más pequeños aman las tecnologías, y además es un incentivo agradable, pero no son conscientes de lo que significa estar online, o los riesgos del uso. Por el contrario, los padres consideran que las pantallas son positivas, pero que regular su uso genera un desafío, ya que, la mayoría tiene una idea bastante pobre de las actividades o sitios que sus hijos frecuentan, y de qué manera interceder e involucrarlos en estas para que sea correcto.
Teniendo en cuenta todo esto, hace apenas unos meses, la OMS (Organización Mundial de la Salud), y tras varios estudios realizados por todo el mundo, propuso varias recomendaciones a seguir por parte de los padres con respecto a las tecnologías.
Por un lado, y una de las más importantes, es que los bebés menores de dos años no deben interactuar con ninguna pantalla, ni siquiera una televisión. A partir de los 3, y hasta que cumplen los 5, no deben acceder más de una hora al día. Además, recomiendan aumentar la actividad física (130-180 minutos), mejorar la salud mental y prevenir la obesidad. Destacan, además, el peso que tienen las TIC sobre el comportamiento y la manera de aprender de los más pequeños (recompensas en juegos).
Por último, y, además, muy importante, no olvidarnos de aprovechar el tiempo “muerto” para realizar con nuestros niños actividades juntos, como contar una historia o jugar en familia.
Rocío Jimenez Cerpa
Psicólga
